PLAGIOCEFALIA, ¿Y AHORA QUÉ?

Es una palabra rarísima. La primera vez que la escuchas, de la boca de tu pediatra, asusta. Hoy voy a intentar explicarte, de forma sencilla qué es, cómo prevenirla y qué puedes hacer para mejorarla en caso de que tu bebé haya recibido este diagnóstico.

La plagiocefalia es una deformidad craneal habitual en recién nacidos. Como sabes, el cráneo de los bebés es “blandito”. Por eso, en ocasiones puede deformarse al ser sometido a presiones externas.

Las causas más habituales que pueden generar esta deformidad son:

  • Malposiciones intrauterinas: a veces, nuestro bebé se coloca de forma anómala, apoyando la cabecita en regiones óseas de la pelvis materna. El contacto mantenido contra estas estructuras duras puede generar deformidades en su cráneo.
  • Dificultades durante la fase del expulsivo, en el parto: el paso por el canal del parto supone una compresión fisiológica sobre la cabecita del bebé. Esta presión es saludable, beneficiosa para activar algunos sistemas del recién nacido. Pero en ocasiones, cuando el expulsivo es complicado y sobre todo si es necesario recurrir a un parto instrumental, puede aparecer una plagiocefalia secundaria.
  • Tortícolis congénita: la tortícolis es una rigidez de los músculos del cuello que obliga al recién nacido a mantener la cabeza girada e inclinada siempre hacia el mismo lado. Notaremos en este caso que el recién nacido tiene preferencia por la rotación en un sentido, que su cabecita tiende a estar apoyada siempre de la misma manera y con una de las orejitas muy cerca de su hombro (inclinación cervical). El apoyo constante sobre el mismo punto del occipital provoca que el cráneo se aplane por este lado, provocando una plagiocefalia postural.
  • Hábitos posturales no simétricos: en ocasiones, sin darnos cuenta, ofrecemos los estímulos al bebé siempre desde el mismo lado. Por ejemplo, por la posición de la cuna, el cambiador o la bañera. Cuando el bebé pasa muchas horas con la cabeza girada en el mismo sentido, existe el riesgo de que se produzca una plagiocefalia postural.

La plagiocefalia se diagnostica con la observación del cráneo del bebé y sus movimientos.
Debemos sospechar si aparece alguno de los siguientes signos:

  • Aplanamiento del occipital por uno de sus lados, a veces asociado también a menor crecimiento del cabello en ese punto
  • Tendencia a la rotación o inclinación de cabeza siempre hacia el mismo lado. En bebés lactantes, en ocasiones se manifiesta con la preferencia siempre por una de las dos mamas.
  • Una oreja adelantada o abombamiento frontal asimétrico. Una vez identificada la deformidad, o bien por parte de la familia o bien por parte del personal sanitario, normalmente el bebé será derivado a una consulta con su neuropediatra, que hará un diagnóstico preciso para descartar otro tipo de anomalías. Debes saber que, en términos generales, la plagiocefalia no es grave ni implica riesgo para el desarrollo neurológico de tu bebé. Sin embargo, sí puede alterar el desarrollo motor y osteomuscular si no se corrige.

Y ahora, ¿qué?

Depende del momento del crecimiento en que haya sido diagnosticada la plagiocefalia y el alcance de ésta, el tratamiento variará. Lo primero de todo serán unas pautas posturales y de ejercicios que podéis realizar en casa:

  • Evitad en lo posible que el bebé pase mucho tiempo tumbado bocarriba. La opción del porteo es una muy buena alternativa.
  • Colocadle a ratitos bocabajo, siempre vigilado y estimulándole para que levante la cabecita y la mueva en ambas direcciones.
  • Ofreced estímulos al bebé para motivarle a girar en el sentido contrario a su preferencia. Con juguetes, sonajeros o vuestra propia presencia.

Por otro lado, el abordaje desde el ámbito de la fisioterapia y osteopatía pediátrica es muy recomendable. En consulta trabajaremos sobre las estructuras musculares acortadas, sobre la fuerza y el control motor, así como sobre los huesos del cráneo y las suturas craneales, ayudando a revertir la deformidad y devolviendo la libertad de movimiento a la cabeza y cuello.
Por último, y sólo en ocasiones específicas, será necesaria la colocación de un casco corrector. Este tipo de dispositivos vienen recomendados desde la consulta de neuropediatría y se prescriben sólo cuando las medidas de la deformación craneal alcanzan unos porcentajes determinados.


Recuerda siempre que, en caso de duda, puedes consultar con tu profesional de confianza.

Ana Merino Martín
Fisioterapeuta especialista en uroginecología y obstetricia