Hace poco cayó en mis manos una compresa de una marca muy conocida. Al abrirla, me
sorprendió el fuerte olor a perfume que desprendía. Sinceramente, me sorprendió y me
preocupó. Porque el hecho de que le pongan perfume no es algo inofensivo.


Por un lado, de esta forma las marcas dan a entender que la regla huele mal y hay que
camuflar ese olor. No sólo mediante perfume, también con sus campañas de publicidad en las
que nos venden sus “perlas que inactivan el mal olor”. Pues veréis, la regla NO HUELE MAL.
De hecho, es que apenas huele. Y si el olor que desprende tu regla es muy fuerte o
desagradable puede que tengas algún desequilibrio en la flora vaginal o alguna infección que
lo provoque.


Por otro lado, estos mismos perfumes y productos químicos pueden generar una alteración de
la microbiota vaginal, facilitando que se produzcan procesos infecciosos causantes del mal
olor. Así que, no sólo nuestra regla no huele mal, sino que estos productos que nos venden
“milagros” para acabar con el mal olor pueden ser los responsables de causarlo.
Y no sólo mal olor, también pueden producir irritaciones en la mucosa vulvo-vaginal. Tanto las
compresas como los tampones de celulosa funcionan por absorción. Pero no absorben sólo el
flujo menstrual, también la lubricación natural de nuestra zona íntima, generando sequedad y
molestias. Esto, unido a su fabricación con blanqueantes y productos químicos puede resultar
bastante agresivo.


Y es que aún existe un gran desconocimiento entre las mujeres de cuál es la mejor manera de
cuidar nuestra higiene íntima. Las marcas se esfuerzan en vendernos productos que no
necesitamos y que, lejos de ser recomendables, producen alteraciones en el delicado equilibrio
de nuestra flora vaginal. Tanto los jabones de higiene íntima (incluso los de farmacia), como las
toallitas húmedas y los desodorantes íntimos (sí, amigas, existen) son productos poco
recomendables para el cuidado diario. Su uso de forma esporádica no supone ningún peligro,
pero debemos evitarlo de forma continuada.

Entonces, ¿cuál es la mejor forma de cuidar nuestra higiene íntima?


Las compresas de tela, las bragas menstruales, la copa o las esponjas son alternativas
respetuosas, no sólo con nuestro cuerpo sino también con el medio ambiente. Existen
diferentes opciones para cada caso y para cada mujer, pero desde mi punto de vista, siempre
son la mejor opción de higiene menstrual.

Si tienes alguna duda sobre su uso, recuerda que puedes acudir a tu profesional de confianza y resolverlas.


En cuanto al cuidado diario, la forma más recomendable de mantener limpia nuestra zona
vulvar es simplemente con agua. Sin jabones de ningún tipo, sólo con agua tibia, limpiando
cada pliegue con delicadeza.


¿Y las duchas vaginales? Las duchas vaginales consisten en la aplicación de lavados
intravaginales a base de agua y otros componentes. Es una práctica más o menos extendida en
algunas zonas geográficas. Sin embargo, tampoco son recomendables. Nuestra vagina se auto-
regula. Nosotras sólo debemos preocuparnos de no introducir en ella nada que sea agresivo (ni
aceites, ni lubricantes que no sean de base acuosa, ni por supuesto, jabones).

Espero que esta información te haya resultado útil. Recuerda que si tienes dudas, estamos
aquí para ayudarte.

Ana Merino Martín

Fisioterapeuta especialista en Uroginecología y Obstetricia